https://repositorio.sociales.uba.ar/items/browse?advanced%5B0%5D%5Belement_id%5D=39&advanced%5B0%5D%5Btype%5D=is+exactly&advanced%5B0%5D%5Bterms%5D=Moyano+C%C3%B3ccaro%2C+Mar%C3%ADa+Sol&output=atom <![CDATA[Repositorio Digital Institucional Facultad de Ciencias Sociales-UBA]]> 2024-03-29T03:46:15-03:00 Omeka https://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/2168 <![CDATA[Menstruar es político : un análisis discursivo del activismo menstrual en Argentina]]> Esta es una tesina que se enmarca en una perspectiva comunicacional. Como afirma Uranga (2007), pensar la comunicación es, también y necesariamente, pensar lo político. Siguiendo a Martín-Barbero (2002), este trabajo considera las prácticas de comunicación como procesos de construcción semiótica de lo social. Es decir, un entramado social de producción, intercambio y negociación de formas simbólicas, entendido esto como una fase constitutiva tanto del ser práctico del ser humano como del conocimiento que de allí se deriva.

La comunicación se define por la acción, es “a través de nuestras acciones (que) vamos configurando modos de comunicación” (Uranga, 2007:3). De ahí se desprende que un análisis de las prácticas sociales demanda una mirada comunicacional. Hablamos de procesos comunicacionales porque se involucran actores que se relacionan entre ellos en espacios territoriales determinados, atravesados por necesidades y demandas. Mirar desde la comunicación implica observar la producción de sentidos como espacios de interacción entre sujetos en los que se pueden reconocer procesos de producción de sentido, creación y recreación de significados, generando relaciones en las que esos mismos sujetos se constituyen tanto individual como colectivamente. Coincidiendo con Uranga:

La vida cotidiana, como escenario de las prácticas sociales, es lugar de comunicación y ámbito donde se constituyen los actores. Allí, en tanto y en cuanto espacio donde se configura la trama de las relaciones comunicacionales, se conforma la densidad de la cultura, entendida como ámbito donde se articulan y procesan conflictos. Es en ese lugar donde los actores sociales construyen su identidad y el modo de entender y de entenderse; también las formas de disputa y la manera en que se otorga sentido a aquello que llamamos la realidad, siempre sujeta a visiones particulares y sesgadas por la coyuntura (p. 17).

Dado que las prácticas sociales son también lo no dicho y las resistencias, las nuevas narrativas sobre la temática menstrual se manifiestan como un discurso que resiste (e intenta transformar) la concepción hegemónica del ciclo menstrual (Rohatsch, 2019), la cual estigmatiza y reproduce mitos y tabúes sobre la menstruación. Para eso, se analizan los discursos y prácticas de las activistas y promotoras menstruales procurando, en un primer momento, indagar en torno a cómo conciben el cuerpo menstrual para luego ir más allá:

¿cómo viven ellas sus propios ciclos? ¿cómo se relaciona su historia de vida con los activismos? ¿de qué forma las acciones políticas que llevan a cabo acompañan a transformar el modo de vivir el ciclo? Así, con el objetivo de identificar la relación entre activismo y experiencia, se procura conocer la motivación personal en la promoción del tema, buscando ver de qué modo se incorporan estas trayectorias de vida y cuál es su impacto en las trayectorias de las activistas menstruales en tanto actrices sociales.

De este modo se establece como objetivo general, indagar en los discursos y prácticas sociales sobre la menstruación en la actual sociedad argentina, a partir de las visiones y sentidos sociales generados por las “activistas menstruales”. Son a su vez, objetivos específicos, los siguientes:

- Conocer, describir y analizar los discursos en torno a los cuerpos menstruales que elaboran las referentes del activismo menstrual.

- Observar cuáles son las estrategias de visibilización e información para interpelar la concepción hegemónica del ciclo menstrual.

- Caracterizar y reconocer en clave feminista, la relación entre las experiencias de las entrevistadas y sus activismos.

A partir de lo explayado, surgen las siguientes preguntas que guiarán este trabajo:

¿Cuáles son los sentidos sociales otorgados a los cuerpos menstruales? ¿Cuáles son las diversas visiones sobre los mismos? ¿Qué organizaciones sociales se proclaman como activistas menstruales? ¿Qué discursos utilizan? ¿Cuáles son las estrategias comunicacionales para visibilizar la temática?

Estas preguntas estructuran la investigación y el acercamiento a las referentes entrevistadas. A partir del análisis de las concepciones y prácticas otorgadas al cuerpo menstrual que ellas poseen daremos cuenta de la importancia y relevancia de los discursos sociales alrededor de la temática.

En esta tesina se concibe al cuerpo como construcción social, por lo que me refiero a los cuerpos desde una mirada integral que contemple cuerpos-sujetos-emociones. A su vez, se establece una perspectiva de género, esto significa contemplar la necesidad de pensar otras formas de nombrar a quienes menstrúan, incluyendo por ejemplo, a los varones trans que menstrúan.

La idea de género pensada a partir del binomio femenino/masculino, deja por fuera a quienes no se identifican con ninguno de estos términos excluyentes. La filósofa feminista Judith Butler (1990) señala que “el género es una forma contemporánea de organizar las normas culturales pasadas y futuras, una forma de situarse en y a través de esas normas, un estilo activo de vivir el propio cuerpo en el mundo” (p.197). Desde una perspectiva de género, en los últimos años se fueron modificando muchas formas de nombrar prácticas sociales vinculadas a la sexualidad y a los cuerpos, los modos de vincularnos, y de identificarnos. Por eso, reconociendo explícitamente que no todas las mujeres menstrúan ni todas las personas menstruantes se consideran mujeres, en esta investigación hablaré de cuerpos menstruantes.

Al respecto, quiero aclarar que usaré en algunas ocasiones el término mujer o mujeres para referirme a quienes menstruamos, en tanto la mayoría de los textos consultados así lo hacen y entendiendo que el modo en que se construye la imagen del cuerpo menstrual está vinculado al lugar que las mujeres tenemos en la sociedad. Esta tesina interpela mi recorrido tanto personal como comunicadora, ya que como mujer cis, feminista y defensora de un cambio social que contemple otras formas de vincularnos, la educación menstrual es un asunto en el que considero necesario profundizar cada vez más, generando nuevos discursos acerca de un fenómeno históricamente estigmatizado (Felitti, 2016; Kohen, 2018). Desde esta perspectiva, entiendo que visibilizar nuevas prácticas y discursos de cómo las personas menstruantes gestionamos y (re)significamos el ciclo menstrual es una tarea pendiente. Investigar desde el feminismo hace visible la imposibilidad de dejar por fuera mi propia experiencia, postura e implicación en la construcción de este proceso social. Lo personal es político y, en este caso, es motor de investigación.]]>
2021-11-25T08:30:29-03:00

Dublin Core

Título

Menstruar es político : un análisis discursivo del activismo menstrual en Argentina

Colaborador

Cohen, Micaela
Vargas, Teresita

Fecha

2020

Descripción

Esta es una tesina que se enmarca en una perspectiva comunicacional. Como afirma Uranga (2007), pensar la comunicación es, también y necesariamente, pensar lo político. Siguiendo a Martín-Barbero (2002), este trabajo considera las prácticas de comunicación como procesos de construcción semiótica de lo social. Es decir, un entramado social de producción, intercambio y negociación de formas simbólicas, entendido esto como una fase constitutiva tanto del ser práctico del ser humano como del conocimiento que de allí se deriva.

La comunicación se define por la acción, es “a través de nuestras acciones (que) vamos configurando modos de comunicación” (Uranga, 2007:3). De ahí se desprende que un análisis de las prácticas sociales demanda una mirada comunicacional. Hablamos de procesos comunicacionales porque se involucran actores que se relacionan entre ellos en espacios territoriales determinados, atravesados por necesidades y demandas. Mirar desde la comunicación implica observar la producción de sentidos como espacios de interacción entre sujetos en los que se pueden reconocer procesos de producción de sentido, creación y recreación de significados, generando relaciones en las que esos mismos sujetos se constituyen tanto individual como colectivamente. Coincidiendo con Uranga:

La vida cotidiana, como escenario de las prácticas sociales, es lugar de comunicación y ámbito donde se constituyen los actores. Allí, en tanto y en cuanto espacio donde se configura la trama de las relaciones comunicacionales, se conforma la densidad de la cultura, entendida como ámbito donde se articulan y procesan conflictos. Es en ese lugar donde los actores sociales construyen su identidad y el modo de entender y de entenderse; también las formas de disputa y la manera en que se otorga sentido a aquello que llamamos la realidad, siempre sujeta a visiones particulares y sesgadas por la coyuntura (p. 17).

Dado que las prácticas sociales son también lo no dicho y las resistencias, las nuevas narrativas sobre la temática menstrual se manifiestan como un discurso que resiste (e intenta transformar) la concepción hegemónica del ciclo menstrual (Rohatsch, 2019), la cual estigmatiza y reproduce mitos y tabúes sobre la menstruación. Para eso, se analizan los discursos y prácticas de las activistas y promotoras menstruales procurando, en un primer momento, indagar en torno a cómo conciben el cuerpo menstrual para luego ir más allá:

¿cómo viven ellas sus propios ciclos? ¿cómo se relaciona su historia de vida con los activismos? ¿de qué forma las acciones políticas que llevan a cabo acompañan a transformar el modo de vivir el ciclo? Así, con el objetivo de identificar la relación entre activismo y experiencia, se procura conocer la motivación personal en la promoción del tema, buscando ver de qué modo se incorporan estas trayectorias de vida y cuál es su impacto en las trayectorias de las activistas menstruales en tanto actrices sociales.

De este modo se establece como objetivo general, indagar en los discursos y prácticas sociales sobre la menstruación en la actual sociedad argentina, a partir de las visiones y sentidos sociales generados por las “activistas menstruales”. Son a su vez, objetivos específicos, los siguientes:

- Conocer, describir y analizar los discursos en torno a los cuerpos menstruales que elaboran las referentes del activismo menstrual.

- Observar cuáles son las estrategias de visibilización e información para interpelar la concepción hegemónica del ciclo menstrual.

- Caracterizar y reconocer en clave feminista, la relación entre las experiencias de las entrevistadas y sus activismos.

A partir de lo explayado, surgen las siguientes preguntas que guiarán este trabajo:

¿Cuáles son los sentidos sociales otorgados a los cuerpos menstruales? ¿Cuáles son las diversas visiones sobre los mismos? ¿Qué organizaciones sociales se proclaman como activistas menstruales? ¿Qué discursos utilizan? ¿Cuáles son las estrategias comunicacionales para visibilizar la temática?

Estas preguntas estructuran la investigación y el acercamiento a las referentes entrevistadas. A partir del análisis de las concepciones y prácticas otorgadas al cuerpo menstrual que ellas poseen daremos cuenta de la importancia y relevancia de los discursos sociales alrededor de la temática.

En esta tesina se concibe al cuerpo como construcción social, por lo que me refiero a los cuerpos desde una mirada integral que contemple cuerpos-sujetos-emociones. A su vez, se establece una perspectiva de género, esto significa contemplar la necesidad de pensar otras formas de nombrar a quienes menstrúan, incluyendo por ejemplo, a los varones trans que menstrúan.

La idea de género pensada a partir del binomio femenino/masculino, deja por fuera a quienes no se identifican con ninguno de estos términos excluyentes. La filósofa feminista Judith Butler (1990) señala que “el género es una forma contemporánea de organizar las normas culturales pasadas y futuras, una forma de situarse en y a través de esas normas, un estilo activo de vivir el propio cuerpo en el mundo” (p.197). Desde una perspectiva de género, en los últimos años se fueron modificando muchas formas de nombrar prácticas sociales vinculadas a la sexualidad y a los cuerpos, los modos de vincularnos, y de identificarnos. Por eso, reconociendo explícitamente que no todas las mujeres menstrúan ni todas las personas menstruantes se consideran mujeres, en esta investigación hablaré de cuerpos menstruantes.

Al respecto, quiero aclarar que usaré en algunas ocasiones el término mujer o mujeres para referirme a quienes menstruamos, en tanto la mayoría de los textos consultados así lo hacen y entendiendo que el modo en que se construye la imagen del cuerpo menstrual está vinculado al lugar que las mujeres tenemos en la sociedad. Esta tesina interpela mi recorrido tanto personal como comunicadora, ya que como mujer cis, feminista y defensora de un cambio social que contemple otras formas de vincularnos, la educación menstrual es un asunto en el que considero necesario profundizar cada vez más, generando nuevos discursos acerca de un fenómeno históricamente estigmatizado (Felitti, 2016; Kohen, 2018). Desde esta perspectiva, entiendo que visibilizar nuevas prácticas y discursos de cómo las personas menstruantes gestionamos y (re)significamos el ciclo menstrual es una tarea pendiente. Investigar desde el feminismo hace visible la imposibilidad de dejar por fuera mi propia experiencia, postura e implicación en la construcción de este proceso social. Lo personal es político y, en este caso, es motor de investigación.

Idioma

spa

Extent

136 p.

Derechos

info:eu-repo/semantics/openAccess

Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0)

Formato

application/pdf

Cobertura

ARG

Tesis Item Type Metadata

Título obtenido

Licenciada en Ciencias de la Comunicación

Institución otorgante

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales

Lugar de edición

Identificador interno

4874
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