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  • Descripción es exacto "A partir de la caída del régimen de convertibilidad y más fuertemente desde el año 2003, comenzó en Argentina un proceso de transformación de las políticas económicas, laborales y sociales cuyo objetivo explícito fue la promoción de la “inclusión social” a través del trabajo. En ese contexto, la generación y apoyo al trabajo asociativo y autogestionado en el marco de la Economía Social fue asumida como una estrategia central de política social orientada a la (re)inserción social y económica de la población desocupada y/o en situación de vulnerabilidad. El desarrollo de esta nueva línea de programas socio-productivos respondió y recuperó un conjunto de experiencias desplegadas por distintos grupos y movimientos sociales para resolver sus necesidades y desafiar el desempleo y la falta de ingresos.

    En este marco, el objetivo de esta tesis es analizar el modo en que las unidades laborales promovidas por las políticas de promoción del trabajo asociativo y autogestionado, implementadas en la Argentina entre los años 2003 y 2011, realizan el objetivo que se proponen de integrar social y económicamente a las poblaciones a las que se dirigen.

    El objetivo planteado requiere un abordaje comprensivo que integra tres niveles de análisis, el de la política social, que indaga el rol e importancia de la promoción de estas formas de trabajo en la estrategia socioeconómica argentina y analiza los alcances y límites de estos programas. El nivel de las unidades económicas, que describe y analiza las características socioeconómicas y productivas de las formas laborales promovidas por estas políticas y el modo en que éstas se vinculan con el Estado, el mercado y otras experiencias de Economía Social y el nivel de las prácticas sociales, que explora el modo en que los sujetos se relacionan con la política social y el trabajo autogestionado y los sentidos que éstos les atribuyen o producen a partir de estas experiencias e indaga las formas de participación sociopolítica que se desarrollan en el marco del trabajo asociativo y autogestionado.

    En esta investigación partimos de la hipótesis, según la cual la estrategia de “inclusión social” por el trabajo asociativo y autogestionado encuentra sus límites porque su enfoque no logra superar el sentido tradicional de la política social como asistencia a la pobreza y el desempleo. Por ello, si bien discursivamente se adjudica un rol relevante a la generación de estas nuevas formas laborales, estas políticas se desarrollan al margen de un marco legal adecuado y de una regulación eficiente de las condiciones de producción y comercialización, de protección y de seguridad de los productores. Esta situación restringe las posibilidades de reconocimiento y participación social, económica y política en igualdad de condiciones que el conjunto de la población trabajadora, aunque al mismo tiempo, el carácter y los alcances de dicha participación, dependen de las experiencias sociopolíticas y organizativas de cada grupo.

    Para pensar el problema de las formas de integración promovidas por las políticas socioproductivas, distinguimos analíticamente cuatro dimensiones, que en la práctica concreta se encuentran interrelacionadas. La dimensión económica refiere al régimen de producción y de empleo predominante en la sociedad y a la posibilidad de las unidades económicas promovidas por estas políticas de constituirse en una alternativa laboral viable. Al nivel de las experiencias asociativas, alude a la capacidad de generar recursos para su sostenimiento y expansión y para la reproducción de los hogares que de éstas dependen. La dimensión política está vinculada con la institucionalidad del trabajo asociativo y autogestionado, es decir con las regulaciones que marcan las condiciones que viabilizan u obstruyen el desarrollo de la Economía Social, considerando como parte de ese proceso la participación sociopolítica que se despliega a partir de estas experiencias laborales. La dimensión cultural refiere a los contenidos simbólicos y de sentido que los agentes atribuyen y/o producen en sus experiencias de trabajo y de participación. La dimensión social alude a la construcción de lazos sociales y relaciones de sociabilidad entre grupos sociales. El trabajo es el vector que hilvana estas dimensiones.

    En cuanto a la metodología, utilizamos un enfoque plural que articuló el análisis exhaustivo de las normativas que regulan los programas y acciones de fomento de la Economía Social y de diversos documentos producidos por agencias estatales; con información recabada a partir de entrevistas a destinatarios y empleados de agencias gubernamentales que participan de la implementación de los programas socio-productivos y observación participante en cooperativas y emprendimientos apoyados por los mismos.

    La tesis se organiza en cuatro capítulos, en el primero elaboramos una síntesis del enfoque teórico y desarrollamos los principales conceptos a partir de los cuales abordamos el problema objeto de estudio. En el segundo, realizamos una contextualización socio-histórica de la promoción del trabajo asociativo y autogestionado en Argentina, luego de la caída del régimen de convertibilidad, a fin de explorar su rol e importancia en la estrategia socioeconómica en el período estudiado. El capítulo 3, indaga las potencialidades y limitaciones de la promoción de estas formas de trabajo, a partir del análisis del proceso de implementación de las distintas líneas del Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social “Manos a la Obra” (subsidios, microcrédito y el Programas de Ingreso Social con Trabajo) y del Programa Trabajo Autogestionado. En el capítulo 4, describimos y analizamos las diversas modalidades asociativas y de la construcción de identidades laborales que se desarrollan en el marco de las unidades económicas promovidas por las políticas socio-productivas. Por último, presentamos las conclusiones de la investigación."
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