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  • Descripción es exacto "El objeto de estudio de esta investigación para optar por el grado de licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social son las estrategias de comunicación desplegadas en las convocatorias al primer Paro Nacional de Mujeres el 19 de octubre de 2016 y al primer Paro Internacional de Mujeres realizado el 8 de marzo de 2017 en Argentina.

    Si bien los feminismos han históricamente tejido redes de intercambio y solidaridad, las huelgas de mujeres coordinadas alrededor del mundo el 8 de marzo presentaron un carácter novedoso. El Paro Internacional del 2017 fue una gesta clave en el devenir del movimiento de mujeres como actor político situándose en la disputa frente a la avanzada de gobiernos neoliberales, con prácticas conservadoras y autoritarias en distintas partes del mundo. La recuperación del 8 de marzo como reconocimiento internacional a la Mujer Trabajadora ha sido un posicionamiento político potente en tanto articulado a escala global y con un claro componente de clase en su misma formulación.

    Recuperar el trabajo como clave identitaria para la organización internacional supuso también problematizar el lugar de las mujeres (sobre todo) pero también de otras múltiples identidades sexo-genéricas feminizadas en la organización misma de lo social. Si bien el 8 de marzo siempre ha convocado a feminidades a la acción y movilización por la efeméride, hasta la experiencia de 2017 en Argentina las convocatorias no habían logrado saltar el cerco de los partidos políticos y las organizaciones feministas, de la diversidad y de las disidencias sexuales.

    En este punto cabe señalar que nuestro país se destaca por la producción teórica que el movimiento de mujeres elabora respecto de su propio devenir. Si bien esto ha logrado una mayor llegada al diálogo público con más ímpetu a partir de la movilización masiva ‘Ni Una Menos’ del 3 junio de 2015, la tradición teórico-política feminista local se remonta a comienzos de siglo y su derrotero es significativo cuando se observan procesos regionales más amplios.

    Es importante entonces situar estas jornadas de paro y movilización en el curso de la historia argentina de participación política, juvenil, sindical que ha tomado particular impulso con la recuperación democrática y la protección de los derechos humanos. Se trata de un país con una experiencia política muy rica en donde las mujeres han sido pioneras en las luchas de la región. Desde los años ‘80 en adelante el movimiento de mujeres y las feministas argentinas han ido construyendo sus demandas políticas como parte de la agenda de los derechos humanos, apuntando a la construcción de ciudadanías plenas que durante mucho tiempo fueron obturadas incluso por la letra de la ley.

    Así, a lo largo de la historia la organización de las mujeres argentinas se ha dado estrategias de encuentro y discusión, de ocupación del espacio público y de producción teórica para la disputa política. La formulación de agendas conjuntas, de espacios de encuentros federales, la organización de instancias horizontales de deliberación nutre el trazo firme, más o menos visibilizado según la época, de los feminismos en Argentina.

    Por su parte, la experiencia de la movilización Ni Una Menos en 2015 fue un momento central de la historia local reciente logrando convocar a amplísimos sectores, de los más heterogéneos, a movilizarse en pos de una demanda propia de la agenda de las mujeres. Con estrategias combinadas en redes y medios masivos fue posible organizar una convocatoria sin que ningún actor se posicionara en contra. La consigna fue lo suficientemente permeable para atravesar fronteras nacionales, siendo impulsada principalmente desde Latinoamérica y conquistando alcance hasta en Europa.

    La organización del primer Paro Nacional de Mujeres en Argentina durante 2016 fue transformadora respecto de los modos de huelga utilizados hasta el momento en las jornadas de cada 3 de junio y también en otras fechas alegóricas. Si bien la acción se coordinó como respuesta a un brutal femicidio que tomó estado público por su crueldad, la introducción del trabajo como factor de la organización de la huelga significó un deslizamiento en la formulación de las demandas. El Paro Nacional de Mujeres argentinas se convirtió en un antecedente necesario de la acción global que luego se organizaría para el 8 de marzo de 2017. La intervención en redes, la aparición en medios masivos y los métodos asamblearios significaron modalidades específicas de formulación de las demandas.

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