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  • Descripción es exacto "El objeto de estudio de este trabajo es la marcha “Ni una menos”, una manifestación multitudinaria, que se realizó en Argentina el 3 de junio de 2015 en contra de los distintos tipos de violencia hacia la mujer.

    Fue una manifestación histórica y sin precedentes en el país. Cientos de miles de personas se congregaron en diversos puntos de la República para luchar en contra de la violencia machista. Con sede central en el Congreso de la Nación, ubicado en la Capital Federal, Buenos Aires y replicada en más de 100 ciudades de la Argentina, su consigna principal fue contundente: “Basta de femicidios”, y se proclamó a favor de la implementación de la Ley 26.485 de protección integral a las mujeres, que fue sancionada en 2009 y aún restan reglamentar algunos de sus más importantes artículos, muchos de ellos que tienen fuerte incidencia en la activación de presupuestos para la puesta en práctica del Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres.

    #NiUnaMenos logró condensar inmensa cantidad de reclamos que ya se venían haciendo desde diferentes sectores del activismo político, sectores de la cultura y el arte, periodistas y víctimas/familiares de víctimas de femicidios y ponerlos a circular en un imaginario masivo y popular que los tomó y los resignificó de muy diversas formas.

    La acción pública fue organizada por un colectivo de diez mujeres aproximadamente, entre las que se encuentran periodistas, activistas e investigadoras del ámbito académico, y comenzó en el mes de mayo con una
    maratón de lectura contra los femicidios, en una plaza de la Capital Federal, y luego se extendió de forma masiva por la aparición mediática de nuevos casos de
    muertes de mujeres a mano de hombres. El 11 de mayo, específicamente, nació la idea de la marcha (debido al público conocimiento del femicidio de Chiara Páez, de 14 años que, embarazada, fue asesinada por su novio y enterrada en el patio de su casa), según cuenta Soledad Vallejos en una entrevista presencial en la
    Facultad de Ciencias Sociales, escritora de “Las12” y organizadora de “Ni una menos”.

    Si bien la convocatoria a la marcha del 3 de junio fue coordinada y difundida principalmente por las redes sociales y los medios masivos de comunicación,
    espacio donde circula todo tipo de información y es de carácter, principalmente, heterogéneo, la adhesión fue total y trascendió todo tipo de límites esperados por
    las organizadoras. El eje que vertebró cada uno de los conceptos disparados a raíz de este suceso, fue una potente necesidad de transformar, transformar la
    realidad, transformar la educación, transformar los estereotipos, el imaginario en torno del género, y por supuesto, transformar los aspectos legales y políticos que atañen a esta temática. De ese modo, la sociedad (o por lo menos un amplio sector de ella) fue anoticiada, viralizó el reclamo y le puso el cuerpo al reclamo en
    el espacio público.

    Sin embargo, la consigna inicial de la marcha se fue expandiendo en una diversidad de enunciados que manifestaron la gran necesidad de hablar sobre y
    denunciar la cultura patriarcal desde la cual el mundo occidental se construyó históricamente. Las calles se fueron llenando y lo llamativo de este acto, por ser
    en un espacio público, de carácter centralmente político y reaccionario, fue la gran convocatoria de personas no pertenecientes a grupos activistas ni del sector artístico, es decir, no agrupadas, que se congregó en pos de apoyar una causa que instaló un tema tan sensible.

    Muchas de estas personas fueron de forma independiente y asistieron rodeadas de sus familias, amigos y conocidos. Muchas de ellas elevaban carteles
    con diferentes frases que postulaban, entre otras cosas, la necesidad de acabar con la cultura machista, de visibilizar las luchas en torno a los femicidios y la violencia de género, de decirle “no” a la heterosexualidad obligatoria y de legalizar el aborto. Todas las inscripciones tenían un objetivo común: poner en debate y erradicar los distintos tipos de violencia hacia las mujeres.

    Esta marcha inició un proceso de cambio e instaló una problemática latente en varios sectores de la población. Este trabajo se centrará, fundamentalmente, en la amplia convocatoria y en la heterogeneidad de los asistentes, como así también –pero en menor medida-, en los espacios de difusión que tuvo la marcha. Muchas
    de las personas que asistieron era la primera vez en su vida que iban a una marcha, lo cual no sólo es paradigmático, sino que invita a repensar el fenómeno
    de la masividad, en relación con los movimientos feministas y los medios de comunicación. Entonces, la pregunta que vertebra este texto será: ¿De qué modo
    la consigna de Ni una Menos logró interpelar a estos sujetos? "
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