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  • Descripción es exacto "La idea detrás del periodismo ciudadano es que cualquier persona puede apropiarse de las herramientas para crear y producir noticias. A casi dos décadas de la popularización de Internet, hoy existe un nuevo concepto que busca poner en jaque lo establecido. Aunque recién está emergiendo, el periodismo ciudadano aparece como un símbolo de la crisis del periodismo tradicional.

    Esa crisis se evidencia en distintos aspectos: por un lado, es una crisis de credibilidad, pero también es una crisis económica que obliga a los grandes conglomerados a aggiornarse a las nuevas tecnologías. Hoy el foco de las empresas está puesto en cómo lograr que los contenidos online sean rentables y se está debatiendo, por ejemplo, cobrar el acceso y reformular las leyes de copyright para aumentar los ingresos.

    El avance de la tecnología tampoco puede olvidarse, aunque las herramientas por sí solas no son las que construyen este nuevo fenómeno. El avance de Internet revolucionó el mercado y está poniendo en duda el modelo de negocios de los diarios de papel. Hoy estamos viviendo las consecuencias de esta metamorfosis y entre ellas los ciudadanos están irrumpiendo en la sociedad como agentes y productores de noticias.

    Por un lado, como sostienen los seguidores del periodismo ciudadano, una de las grandes causas de la emergencia del periodismo ciudadano es que los periodistas no escucharon a la gente tan bien como deberían haberlo hecho. “Hemos ignorado a los lectores”, señaló James Breiner, director del Centro de Periodismo Digital de Guadalajara en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca. "Los periodistas hemos sido arrogantes, pero los nuevos medios nos enseñan a ser humildes", agregó. Hace tiempo que la pérdida de credibilidad del periodismo tradicional está en cuestión y para muchos expertos ha llegado el momento de que los periodistas realicen una autocrítica de sus errores. Tomás Eloy Martínez piensa en el mismo sentido: “Lo que está enfermando a la profesión periodística es una peste de narcisismo”.

    En paralelo hay una crisis de confianza. Según el Barómetro Global de la corrupción 2009 de Transparencia Internacional, los argentinos califican a los medios de comunicación como corruptos, con 3,3 puntos (en una escala del 1 al 5, donde el número 5 significa extremadamente corrupto). Así los medios quedaron equiparados a los partidos políticos (4,4), la administración pública (4,3), el Congreso (4,2), la Justicia (4,2) o las empresas privadas (3,7). En épocas de grandes conglomerados mediáticos cada vez más lectores comienzan a desconfiar de la supuesta independencia de los periodistas: la prensa se comienza a ver como un poder en sí mismo y no como vigilante de los poderes económico y político.

    Carlos Álvarez Teijeiro, profesor de Teoría General de la Información y de Ética de la Comunicación Pública en la Universidad Austral, analiza la crisis del sistema de medios y la crisis de ciudadanía. Para esto repasa la teoría de Jay Rosen, profesor de Periodismo en la Universidad de Nueva York, quien releva seis grandes crisis de la prensa estadounidense: en primer lugar sitúa la crisis económica, producida entre otras cosas por la caída de los lectores de diarios en papel; en segundo lugar, una crisis tecnológica: un aumento de la oferta y de la competencia que hace que cada vez sea más difícil definir quién es un periodista; en tercer lugar, una crisis política: los ciudadanos comienzan a pensar en los medios como instituciones, que son a su vez parte de los problemas políticos; en cuarto y quinto lugar una crisis laboral y espiritual que sufren los periodistas día a día; por último, una profunda crisis intelectual.

    Para Germán Rey, maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), los dos grandes disparadores de la crisis son la erosión de la credibilidad y la cercanía de los medios con los poderes: “La confianza, ese lazo que se crea entre el lector y el periodista, entre el medio y la ciudadanía, parece resquebrajarse a punta de agendas interesadas, falta de rigor, compromisos con poderosos y deficiencias en la equidad y los balances”. Sergio Muñoz Mata, periodista de Los Ángeles Times, confirma que “en las mediciones sobre el tema, la credibilidad de los periodistas está abrumadoramente cerca de la de los vendedores de autos usados”.

    Lo mismo comparte Joaquín Estefanía, periodista español y ex director del Diario El País, para quien el malestar de la ciudadanía con los medios “se corta con un cuchillo”. Es por ello que gran parte de la sociedad ve a los medios no como una institución representante de la misma y que actúa en su nombre (el célebre contrapoder), sino como parte de un poder establecido del que se sienten apartados (el cuarto poder)”.

    ¿El avance del periodismo ciudadano se puede pensar como un emergente de esta crisis del periodismo tradicional? ¿El periodista ciudadano evidencia la crisis del sujeto periodista? ¿El periodismo ciudadano es periodismo? ¿Cualquiera puede ser periodista? ¿Cuál es la función en la sociedad de un periodista? ¿Cuál es la real influencia del periodismo ciudadano en la sociedad? ¿Cuál es la posibilidad de los periodistas ciudadanos de influir en la agenda y en la toma de decisiones? ¿Es éste un momento de transición o un momento de ruptura y surgimiento de algo nuevo? ¿Se puede hablar de democratización de los medios? Son éstas sólo algunas de las preguntas que se buscarán responder a lo largo de esta tesina.

    Lo que está claro es que algo cambió, los medios fallaron y esa debilidad dejó abierta la puerta al periodismo ciudadano. Ahora, si el periodismo ciudadano logrará romper la lógica establecida o sólo será una moda pasajera, ésa es otra pregunta."
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