<![CDATA[Repositorio Digital Institucional Facultad de Ciencias Sociales-UBA]]> https://repositorio.sociales.uba.ar/items/browse?tags=Aspectos+pol%C3%ADticos&output=rss2 Fri, 29 Mar 2024 10:34:35 -0300 ayuda@sociales.uba.ar (Repositorio Digital Institucional Facultad de Ciencias Sociales-UBA) Zend_Feed http://blogs.law.harvard.edu/tech/rss <![CDATA[Lo político, la política y lo policial en las representaciones sobre el Poder Judicial : el Poder Judicial como “última esperanza” blanca de la República]]> https://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1165

Dublin Core

Título

Lo político, la política y lo policial en las representaciones sobre el Poder Judicial : el Poder Judicial como “última esperanza” blanca de la República

Autor/es

Colaborador

Morel, Paula
Sosa, Martina

Fecha

2020

Spatial Coverage

Temporal Coverage

2013

Descripción

En el siguiente ensayo nos propondremos analizar una serie de enunciados aunados bajo la denominación de “discurso sobre el Poder Judicial”, con la intención de encontrar aquellas regularidades discursivas que denotan ciertos mecanismos de funcionamiento, anclaje social y legitimación de dicho Poder representado como unidad imaginaria de sentido y objeto en el discurso. El contexto de emergencia de nuestro corpus es el intento de reforma judicial por parte del Poder Ejecutivo en la Argentina en el año 2013. La hipótesis que guía este trabajo intenta responder a la pregunta: ¿cuál es la singular existencia que se revela en los enunciados del discurso sobre “el Poder Judicial” en el contexto de esos debates del año 2013?

Aquí nos interrogamos en torno a un acontecimiento discursivo producido en una particular coyuntura. Esta coyuntura en la que se formularon los enunciados que aquí analizamos, estuvo atravesada por un conjunto de debates disruptivos entorno a lo que es el Poder Judicial, a la definición de su rol en la sociedad y de las formas de legitimación de sus decisiones.

Los debates se verifican luego de la presentación de un paquete de leyes por parte del Ejecutivo Nacional que tenía entre sus puntos más sobresalientes una reforma en los mecanismos de elección de los magistrados de ese Poder para que sean designados a través del voto popular en elecciones. Con ello, se ponían en cuestión los mecanismos de representación democrática de ese Poder del Estado.

Las Cortes y los Tribunales se han convertido en las últimas décadas en actores políticos protagónicos e ineludibles de los escenarios latinoamericanas. En este contexto, se sostuvo en defensa de la reforma judicial que se trataba de un Poder “que decide sobre cosas” que es el “último eslabón de las decisiones”. En el momento de la reforma se experimenta un proceso de juridización creciente de las relaciones sociales y de judicialización cada vez más profunda de los asuntos políticos. El fenómeno se expresa en el hecho de que, si un asunto adquiere estado judicial y constitucional, se dirá que sobre ese tema se está “hablando en serio” (Abdo Ferez, 2014, pág. 60), aun cuando la resolución judicial del conflicto no venga al caso. En definitiva, lo que el paquete de reformas expresaba era una redefinición del lugar de ese actor en la sociedad y de sus formas de legitimación democrática, pero también, un debate en torno a qué es lo que legitima la toma de decisiones en democracia en general y a la inadecuación/adecuación del conflicto político y el Estado de Derecho, en un contexto de creciente politización de las sociedades en Latinoamérica (Abdo Ferez, 2014).

La tensión identificada en este escenario de debates evidencia un crecimiento de las contradicciones entre el campo de la política y los fallos de los Poderes Judiciales; y una inadecuación entre determinadas voluntades mayoritarias, democráticamente alcanzadas, y las instancias judiciales. Siguiendo a Abdo Ferez, consideramos que este debate se inscribe en lo que algunos teóricos nombran “proceso de judicialización de la política” (Abdo Ferez, 2014; Natanson, 2016).

La judicialización de la política es un fenómeno actual con pretensiones globales que designa cómo los Poderes Judiciales -sobre todo las Cortes y los Tribunales Constitucionales- toman hoy para sí prerrogativas que antes estaban en manos sólo de los Poderes Legislativos y Ejecutivos y hacen a la definición de las políticas públicas: por ejemplo, la revisión de ciertos aspectos controversiales de un plan económico, el mandato de sanear un río o una reforma del sistema de salud, votada trabajosamente en el Congreso. (Abdo Ferez, 2014, pág. 51)

Para John Ferejohn, tal proceso de desplazamiento de las funciones “políticas” al campo del Poder Judicial se viene manifestando de diversas maneras en la última década: designa la forma en que las Cortes limitan y regulan el ejercicio de la autoridad parlamentaria, poniendo restricciones a las legislaturas (por ejemplo a través del control de constitucionalidad de las leyes); refiere a la transformación de las Cortes en instituciones donde se dictan políticas a partir de la sanción judicial; o se expresa en la forma en que las Cortes intervienen crecientemente en el modelado de las conductas y los modos legítimos de acción de los actores políticos -como por ejemplo, la investigación de casos de corrupción- (Abdo Ferez, 2014).

En suma, la judicialización de la política refiere a un proceso complejo, que explora las contradicciones presentes al interior del Estado y entre sus poderes u esferas. Puede surgir por presión ciudadana, lo que se expresa en los innumerables fallos que durante el neoliberalismo en Latinoamérica reconocían derechos adquiridos que estaban siendo vulnerados por el Estado (a esta Abdo Ferez la nombra como la judicialización “buena”); puede ser el desenlace del silencio de la política, en lo que se expresa como una nueva correlación de fuerzas regresiva, cuando ciertas oposiciones minoritarias o determinadas élites no pueden dar cauce institucional a sus demandas y recurren a la “Justicia” como herramienta, en muchos casos para mantener privilegios minoritarios y corporativos (lo que sería la cara “mala” del fenómeno). De cualquier manera, lo que se evidencia es la mira puesta sobre los Tribunales y sobre las Cortes, el creciente protagonismo y preponderancia del Poder Judicial.

Este proceso de judicialización de la política -o de creciente intervención del Poder Judicial en el campo de la política- se verifica en el caso de los países latinoamericanos a partir de las reformas neoliberales de los Estados, con grados y efectos variables entre los países. Sin embargo, su anclaje está en el seno mismo del origen constitucional de los Estados, en la traslación a las Constituciones Americanas del rol de poder contramayoritario asignado al Poder Judicial por los padres fundadores de la Constitución de los Estados Unidos, “que vieron en él un contrapeso imprescindible a la permeabilidad que mostraban las legislaturas ante las demandas populares” (Abdo Ferez, 2014, pág. 52). Es decir, a pesar de que la judicialización de la política se ha profundizado en las últimas décadas y el protagonismo de las Cortes aparece como novedoso (Abdo Ferez, 2014; Natanson, 2016), se trata de un fenómeno que es constitutivo del funcionamiento de poderes en el Estado Moderno.

Tal función constitutiva del Poder Judicial conlleva una representación particular de ese actor en la sociedad: una representación despolitizada que permitió y permite hoy en día perpetuarlo, legitimarlo en sociedad a pesar de su intrínseco rol de coto de las voluntades mayoritarias: Este rol contramayoritario asignado al Poder Judicial es evidentemente político, aunque no fue política la manera de presentarlo ni de legitimarlo. El Poder Judicial fue cobijado por la teoría política moderna -deudora de la división de poderes montesquevinos-, como el poder débil el que debía ser protegido de la voracidad de los restantes. La forma de protegerlo fue justamente presentarlo en su supuesta despolitización e imparcialidad, a lo que favorecía su anclaje en mecanismos técnicos, procesuales y autorreferenciales, sostenidos por un lado en burocracias endogámicas y aristocratizantes (…) y por el otro, en códigos a la vez locales y universalistas, con presumidos fundamentos civilizatorios. Proteger al Poder Judicial, como se sabe, no era un fin en sí mismo, sino que al hacerlo se protegía algo mayor: la existencia de la República, un complejo institucional y valorativo que para perseverar debía ser disociable de los cambios de humor de la chusma (…) debía impedirse la tiranía que designa para Montesquieu y para muchos clásicos la concentración en las mismas manos de la función legislativa y ejecutiva (…) bajo el yugo de las mayorías victoriosas. (Abdo Ferez, 2014, pág. 53)

En este contexto de creciente dominancia del Poder Judicial sobre el campo de la política, al que sobrevuela y en el que tiene incidencia, y de renovado protagonismo de Cortes, tribunales y jueces, en Argentina emergen unos debates en los cuales ciertas representaciones sobre el Poder Judicial son interrogadas e inquiridas en lo que tienen de política, sobre los mecanismos de representación democrática de ese Poder, sobre lo que da legitimidad a sus decisiones y sobre su identidad despolitizada, que es brevemente puesta en cuestión. Sostiene Abdo Ferez: En este sentido, el fenómeno de la judicialización de la política es también el de un reconocimiento explícito o implícito de la existente (desde hace tiempo ya) politización de la justicia, en general encubierta bajo el mote de “dependencia o corrupción judicial”. Pero este reconocimiento se da ya no sólo como disfunción sistémica o patología de las democracias periféricas a ser subsanada, sino como elemento constitutivo de un contexto como este, en cual se vive un clima de politización (…) tal vez por primera vez el creciente protagonismos de los jueces sea observado e interrogado en su fundamento democrático y tal vez por primera vez se confronte a las sanciones judiciales en plena escena pública, con lo que tienen de política. (Abdo Ferez, 2014, pág. 60)

En este ensayo diremos que la reforma judicial en Argentina del año 2013 representa un escenario atravesado por este proceso de judicialización de la política. Es en este debate donde situamos la emergencia de una serie de enunciados, en los que hallamos ciertas regularidades enunciativas a partir de las cuales los agrupamos bajo la denominación de “discurso sobre el Poder Judicial”. Esa unidad discursiva que referimos está atravesada, como todo discurso, por otros dominios discursivos y no discursivos y tiene unas condiciones de formación determinadas que le brindan su condición histórica de posibilidad.

En este ensayo consideramos que el discurso sobre “el Poder Judicial” en los debates por la reforma de 2013 se articula sobre determinada formación social: la capitalista; y en torno a determinadas formaciones ideológicas y discursivas que la ponen en tensión: la liberal y la neoliberal; y que está atravesado por un proceso de “judicialización de la política”-que como hemos señalado junto con Abdo Ferez- consideraremos constitutivo del funcionamiento de poderes en el Estado Moderno.

En ese sentido es que nos preguntamos en relación con el discurso sobre el Poder Judicial: ¿Cuál es el funcionamiento que se perpetúa y se explicita en este corte dado por los debates de la reforma? ¿Qué resonancias y regularidades hallamos en esa, a nuestro criterio, discontinuidad coyuntural con respecto al momento de fundación de ese Poder? ¿Hay novedades, declinaciones o profundizaciones en lo que se dice respecto de otras temporalidades? ¿Qué huellas de los regímenes de decibilidad pueden rastrearse en lo que se dice sobre el Poder Judicial en la coyuntura de debates abierta?

La hipótesis de este ensayo es que en la coyuntura de debates por la reforma judicial del año 2013, cuando se sostiene desde el campo de la política que es necesario poner en marcha un “proceso de democratización del Poder Judicial” se expresa un punto de inflexión, de “enrarecimiento” y de crisis muy breve y no orgánica – breve, ya que se identifica una merma en el debate hacia fines de 2013, no orgánica, porque el conflicto se judicializa y la reforma es rápidamente declarada inconstitucional- entorno al lugar tradicional y a la supuesta neutralidad política de este Poder en nuestra sociedad.

No obstante, si bien identificamos por un momento muy acotado ese inédito proceso de cuestionamiento e inestabilidad en torno a la representación despolitizada del Poder Judicial, también observamos aquí el surgimiento de un conjunto de enunciados en los que se evidencia la perpetuación de ciertas prácticas discursivas que hablan, por el contrario, de la estabilidad de los mecanismos de funcionamiento, anclaje social y legitimación de ese Poder, como unidad imaginaria de sentido y objeto del discurso. Así queda expresado en la coyuntura, en la respuesta generalizada que se da al intento de reforma: “seremos pilares para sostener el sistema democrático y constitucional de derecho, una valla infranqueable para cualquier oscuro intento autoritario y garantía para el pleno ejercicio de los derechos de todos los habitantes” (Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional). Como se identifica en la cita anterior, la representación del Poder Judicial -como última esperanza blanca de la democracia- y de “la política”-como “oscuro intento autoritario”-, son sentidos que, habiéndose sedimentado en el momento de fundación de ese Poder, permanecen estables en la actualidad, en lo que se dice sobre el Poder Judicial en el presente.

Un supuesto de este ensayo es, en resumidas cuentas, que en lo que “se dice” sobre ese Poder, la regularidad está dada por una modalidad común de abordaje de los conceptos de “la política” y “lo político” y su relación con el Poder Judicial. Y si bien observamos esta regularidad, no dejaremos de reparar en la aparición de otras categorías presuntamente novedosas vinculadas al género de “lo policial” que desarrollaremos páginas más adelante. Este elemento articulado en la temporalidad neoliberal, aparecía señalado por Abdo Ferez en la representación de la identidad técnica fundacional del Poder Judicial y se reformula, estabilizándose en los enunciados con los que trabajamos, bajo nuevas modalidades con la aparición de conceptos, a nuestro criterio, inéditos para aludir a la administración de la “Justicia” como “servicio”; como por ejemplo: la “eficiencia”, la “eficacia”, la “agilización” de los procedimientos y la valoración de cierta “idoneidad gerencial”.

En resumen: en el inicio de este acápite abordamos el planteamiento del problema, con la descripción de la coyuntura de emergencia de nuestro corpus y la problematización del fenómeno social de “judicialización de la política”. Habiendo arribado a las preguntas de este análisis y una vez desplegada la hipótesis que guía este ensayo, avanzaremos con la justificación de la serie discursiva que conforman los enunciados utilizados.

Idioma

spa

Extent

89 p.

Derechos

info:eu-repo/semantics/openAccess
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0)

Formato

application/pdf

Cobertura

ARG

Table Of Contents

Introducción
Hipótesis general e introducción a la serie
Justificación de la serie y de los cuadros discursivos

Capítulo I: Marco Teórico que nutre el análisis
Una teoría materialista de la ideología para una teoría materialista del discurso
Formación social, formación ideológica y formación discursiva
Análisis arqueológico de los discursos y de las formaciones discursivas
La política, lo político y su subordinación al campo del Poder Judicial
Definiciones en torno a “la política” y “lo político”.
La política in-subordinada
Contexto histórico y delimitación temporal del objeto de análisis: el discurso sobre el Poder Judicial está tensionado por dos temporalidades.

Capítulo II: El límite a la política y la negación de lo político Introducción
No importa Quiénes, importa Qué: descripción de la instancia de formulación
El objeto, los conceptos y las posiciones
El supuesto lugar “subordinado” de “la política” en lo social

Capítulo III: La relación de negación/simulación discursiva con “lo político”

Capítulo IV: La política como estado post-social y degradado
“La política” como uso exclusivo del poder
“La política” como lo efímero y equívoco
La configuración del significante “la Justicia”.
La “República” como último objeto de encarnación imposible
“La política” mitificada: una práctica dispersa en el tiempo

Capítulo V: ¿Hay novedad?
El Poder Judicial como un poder técnico: de lo político a lo policial
Neoliberalismo: de la interpelación republicana al “hedonismo eficiente”

Conclusiones: la imposibilidad coyuntural de subvertir la relación de subordinación

Tesis Item Type Metadata

Título obtenido

Licenciado en Ciencias de la Comunicación

Institución otorgante

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales

Lugar de edición

Identificador interno

4434
]]>
Thu, 27 Aug 2020 16:21:32 -0300
<![CDATA["El reparto de lo sensible" : literatura y política en El grillo de papel]]> https://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1284

Dublin Core

Título

"El reparto de lo sensible" : literatura y política en El grillo de papel

Colaborador

Guitelman, Paula

Fecha

2019

Spatial Coverage

Temporal Coverage

1959-1960

Descripción

El proceso de elección del tema para una tesina de grado no es nada fácil. Lejos está de ser una instancia en la que el estudiante encuentra, como en una epifanía, aquello que va a estudiar para obtener su título; por el contrario, si tuviera que adjetivar la sensación durante la búsqueda, la catalogaría de errática y tortuosa. Hay muchas ideas y deseos de abordar temas pero pocas certezas de cómo hacerlo, y en mi caso particular, fueron varias las opciones que consideré antes de llegar a la que hoy se presenta aquí.

Lo que a continuación van a leer es el resultado de un proceso que se inició en el año 2013 durante la cursada de la materia Taller de Expresión III, el taller de Radio/TV y Gráfica que tenemos en la currícula de nuestra carrera. Para el trabajo final de aquel año teníamos que crear, en grupos, una publicación gráfica a elección.

Una mañana prendí el televisor en mi casa y en un canal de cable encontré una entrevista a la escritora argentina Liliana Heker. En ella se hablaba de su extensa carrera como escritora de cuentos y novelas. Hasta entonces yo no la conocía pero hubo algo en su imagen y discurso que hizo que me quedara mirando. Quien la entrevistaba preguntó por sus comienzos en la literatura y ella sacó el tema de las revistas literarias en las que participó desde muy joven. Éstas eran: El Grillo de Papel (1959), El Escarabajo de Oro (1960) y El Ornitorrinco (1977). Creo que en ese momento algo se me reveló y sentí que ya habíamos encontrado lo que íbamos a crear con mis compañeros como trabajo final de la materia: una revista literaria.

Y así fue, a fin de año presentamos una publicación que se llamó “Morel”, en honor a la novela emblemática de Adolfo Bioy Casares. Utilizamos esta referencia como metáfora de la escritura y la lectura, presentándola como algo muy similar a lo que le ocurre al personaje principal de la historia de Bioy; llegar a una isla que aparenta desierta, en la que en verdad habitan otras personas, es comparable con escribir y ser leído. Hablábamos del encuentro de voces que supone la escritura aunque a veces parezca que se trate de un acto solitario e individual. Tanto nosotros, alumnos, como nuestra profesora de ese entonces, María Rosa Gómez, quedamos muy satisfechos con el resultado y la calificación obtenida acompañó en el mismo sentido.

Luego pasaron los años, las cursadas y los últimos finales y llegó el momento de elegir un tema para la tesina. Como ya dije antes no fue algo sencillo, pero al rastrear sobre mis pasos por la carrera me reencontré con “Morel” y creí que analizar revistas literarias argentinas era una gran idea, en especial una: El Grillo de Papel, aquella en la cual Liliana Heker había dado sus primeros pasos como escritora de la mano del, en ese entonces joven y desconocido, Abelardo Castillo.

Por un tema de extensión elegí trabajar sólo con la primera revista, El Grillo de Papel, ya que cuenta con seis números, un caudal abordable para una tesina de grado. Las otras, por el contrario, poseen una mayor cantidad de ejemplares: El escarabajo de oro consta de cuarenta y ocho, y El Ornitorrinco, de catorce.

Además, para llevar adelante mi análisis establecí un recorte muy específico que se limitó a tomar los editoriales, los cuentos y los poemas publicados en los distintos números. Es importante aclarar qué se dejó afuera en este trabajo: todos aquellos reportajes, reseñas de libros, secciones de humor y críticas de cine y teatro fueron dejados a un lado para indagar profundamente en una cuestión que consideré primordial: dar cuenta de cómo a través de cuentos, poemas y editoriales -que funcionaban como manifiestos políticos-, es decir, del contenido estrictamente literario de la revista, los autores que en ella participaron evidenciaban un compromiso, en los términos de Jean-Paul Sartre. Me interesó saber si en este caso era posible hablar de una literatura transformadora que denunciara injusticias, cuestionara el statu quo, rompiese moldes y que, a partir del trabajo artístico, produjese algún cambio social.

Entonces lo que esta tesis se propuso fue indagar acerca de cómo el arte en general, y la literatura en particular, tienen un valor social y un sentido político; reflexión que ocupó al filósofo Jacques Rancière a lo largo de su carrera y fue retomada en este trabajo.

La pertinencia de la investigación se sustenta principalmente en que el objeto de estudio es una revista, un medio de comunicación. Sin embargo, bien sabemos que la comunicación no tiene una única esfera de desarrollo, ni se limita simplemente a los medios masivos; se trata de una dimensión, de un espacio simbólico y social en el que se redefinen y se moderan nuestras formas de pensar, sentir y decir. El Grillo de Papel produjo sentidos – innovadores y rupturistas para su época-, cuestionando a la vez la producción social de significaciones de su contexto sociopolítico. Historiadores de las revistas literarias como Héctor Lafleur, Sergio Provenzano y Fernando Alonso sostienen que El Grillo fue una revista original en la que la rebeldía y la actitud combativa abrieron una brecha para decir palabras impactantes, en términos de Roberto Arlt: “un golpe directo a la mandíbula”.

Todo esto es cierto, y al leer los ejemplares podemos encontrar la reiteración de ciertos temas que parecían obsesionar a sus autores: la niñez como paraíso
perdido y la familia como ámbito opresor, la crítica al sistema capitalista, el rechazo a la vida rutinaria en la oficina, el repudio a los fascistas y censores de la libertad, la sexualidad reprimida, el machismo, la violencia, los conflictos de clase, la discriminación, la libertad y, por supuesto, la política. Pero también aparecen poemas y cuentos que se encargan de realzar la belleza de las cosas y la naturaleza. Este enorme listado de asuntos que recorren los distintos números de El Grillo de Papel son abordados con una premisa que se sostuvo a lo largo de todas las publicaciones: la excelencia literaria. Además de estar muy bien escritas, todas estas piezas textuales mantienen la coherencia de ser rebeldes y criticar todo aquello que no se encuentra en su horizonte ideológico. Por momentos pueden llegar a sonar un poco idealistas, de hecho hay varios cuentos y poemas que evidencian una visión utópica de la revolución y de la libertad, sin contemplar lo ambigua y compleja que en verdad es la vida en sociedad.

La metodología de abordaje de esta tesina consistió en analizar, desde una perspectiva crítica y ensayística, una porción de la cultura argentina durante los comienzos de la década del sesenta. Cabe destacar que no se encontrará en este trabajo ningún tipo de hermenéutica discursiva desde la semiótica o la lingüística; tampoco desde la crítica literaria o la historia de los medios, ni se trata de un trabajo analizado desde la recepción que tuvo El Grillo de Papel. Se indagará acerca de la potencialidad política que tuvo y tiene el discurso artístico en la revista, ya que no hay poética alguna que no implique cierta manera de usar el lenguaje, y por tanto, como Michel Foucault enfatizó, este uso es necesariamente político, pues el discurso en sí mismo implica poder.

Los invito, entonces, a recorrer las páginas de la historia de la cultura de nuestro país a través de los ojos de escritores jóvenes que luego se consagraron y que hoy son inmensos representantes de la literatura nacional, entre ellos: Julio Cortázar, Beatriz Guido, Abelardo Castillo, Liliana Heker, Ernesto Sábato y Arnoldo Liberman, entre otros; y a corroborar cómo textos que fueron escritos hace casi sesenta años cobran hoy una impactante actualidad y nos invitan a reflexionar acerca de la política y su relación con el arte, pero especialmente acerca de nosotros mismos en tanto sujetos.

Como sostuvo Oscar Terán en su famoso libro Nuestros años sesenta, refiriéndose a las disputas ideológicas surgidas en el campo de la izquierda durante aquellos años, esos mundos simbólicos merecen ser revisitados para comprender algunos lineamientos cruciales de nuestra propia tradición intelectual.

Idioma

spa

Extent

129 p.

Derechos

info:eu-repo/semantics/openAccess
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0)

Formato

application/pdf

Cobertura

ARG

Tesis Item Type Metadata

Título obtenido

Licenciada en Ciencias de la Comunicación

Institución otorgante

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales

Lugar de edición

Identificador interno

4667
]]>
Tue, 13 Oct 2020 23:51:48 -0300
<![CDATA[Poné música : elogio de la distracción]]> https://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1601

Dublin Core

Título

Poné música : elogio de la distracción

Colaborador

Rebón, Manuel

Fecha

2018

Descripción

El presente trabajo, elaborado en el marco de la última instancia de evaluación de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires, se propone ofrecer una reflexión sobre ciertos fenómenos sociales que giran en torno a la audición no atenta de música a través dispositivos técnicos, es decir, a partir de aquella acción a la que coloquialmente nos referimos con la expresión poner música. Partiremos de la idea de que cuando ponemos música ejercemos un rol híbrido entre emisor y receptor: ocupamos el lugar de espectador de la obra y, al mismo tiempo, tomamos decisiones —sobre el repertorio, el volumen y la ecualización, entre otras variables— y disponemos los medios necesarios para que la obra se propague por el ambiente y alcance a otros posibles espectadores. Nuestra hipótesis central será que en este procedimiento descansa una potencia poiética y política que podría funcionar como puente, al menos teóricamente, entre el consumo y la producción de sentido.

El marco teórico elegido como punto de partida para esta reflexión sobre la reproducción musical procura dar cuenta de la riqueza y heterogeneidad de nuestra carrera. En tal sentido, entendemos que Walter Benjamin, Guy Debord y George Steiner constituyen piezas fundamentales del espejo partido en el que podemos reconocernos quienes la hemos transitado.

En palabras de Alicia Entel, “el pensamiento benjaminiano y su método ‘micrológico’ —la realidad bajo la lupa— asombra por su capacidad anticipatoria, por ver donde otros mantienen la ceguera, y por su irrenunciable actualidad”. Abordar cualquier análisis vinculado a lo artístico desde la perspectiva de Benjamin implica recurrir a conceptos que, como afirma el autor en el prefacio a La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica, “resultan completamente inútiles a los propósitos del fascismo” y que, por el contrario, “sirven para la formulación de demandas revolucionarias en las políticas del arte”. Escrito en Alemania durante los años del nazismo, este texto concentra una potencia sumamente valiosa para analizar la relación entre arte y política en general y las implicancias de la reproducción de obras de arte a través de la técnica en particular, razón por la cual constituye uno de los pilares teóricos del presente trabajo. Si bien su análisis se centra en las obras pictóricas y el cine, también llama la atención sobre los cambios que a partir de la reproductibilidad técnica operan sobre la percepción de lo musical, toda vez que, por ejemplo, “una producción coral, ejecutada en un auditorio o al aire libre, se reproduce en la sala de estar”.

Benjamin recurre al concepto de aura para designar aquello de lo que carece “incluso la más perfecta reproducción de una obra de arte: su presencia en el tiempo y el espacio, su existencia única en el lugar en el que está, que refiere a la historia a la que estuvo sujeta a lo largo de su existencia”. La contemplación tradicional de la obra de arte como objeto histórico remite a los objetos naturales, en los que el aura surge como “la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar)”. La técnica de la reproducción reemplaza esta “existencia única” por una “pluralidad de copias”. ¿Qué implica este atrofiamiento del aura? En principio y fundamentalmente, la liberación de la obra “de su dependencia parasitaria del ritual, para convertirse en obra diseñada para su reproductibilidad”. Si el arte tiene su origen en las ceremonias religiosas y, a lo largo de la historia, su valor cultual fue cediendo protagonismo ante el surgimiento del valor exhibitivo, la técnica de la reproducción que sustrae el objeto reproducido del dominio de la tradición permite pensar en nuevas funciones del arte que podrían acabar por desplazar la función esencialmente artística. Esta reflexión constituye uno de los puntos de partida de nuestro análisis, en la medida en que la práctica que procuramos abordar se caracteriza por la audición no atenta de la música grabada, donde el valor exhibitivo de la obra cede ante un tipo distinto de valor. Para Benjamin, “en el momento en que el criterio de autenticidad deja de ser aplicable a la producción artística, la función del arte se ve completamente alterada. En lugar de estar fundamentada en un ritual, comienza a estarlo en otra práctica: la política”. La creciente masificación —fenómeno característico de la era de reproductibilidad técnica de la obra de arte— y la creciente proletarización son dos caras de un mismo proceso, por el cual fascismo —el autor se refiere a su contexto histórico, pero las implicancias de su análisis y sus desafíos políticos llegan hasta nuestro días— “intenta organizar a las nuevas masas proletarias sin modificar la estructura de propiedad que aquellas se esfuerzan por abolir”. Si el desarrollo técnico parece evidenciar cada vez con mayor fuerza la absurda estructura de propiedad que es condición del capitalismo y el fascismo expresa brutalmente —a través de la guerra— la defensa racional de lo irracional, el resultado lógico de éste es, entonces, “la introducción de lo estético en lo político”. En ese sentido, dice Benjamin, “la humanidad se ha convertido en espectáculo de sí misma. Su autoalienación ha alcanzado un nivel tal que le permite experimentar su propia destrucción como un placer estético de primer orden”.

Benjamin anticipa conceptos teóricos que tres décadas más tarde Guy Debord desarrollará en La sociedad del espectáculo. No solo por esta idea de la humanidad como espectáculo de sí misma, sino también al advertir “el impacto que la transformación tecnológica para la reproducción de la imagen tendría sobre las percepciones del tiempo y del espacio, y sugerir la idea de que las percepciones humanas, nuestros modos de ver, son históricos”. Sin referirse explícitamente a Benjamin, Debord desarrolla su teoría en torno a la noción de espectáculo, entendiéndolo como “una Weltanschauung efectivizada, expresada en el plano material, una visión del mundo que se ha objetivado”. “El espectáculo constituye el modelo actual de la vida socialmente dominante. Es la afirmación de una elección ya hecha en la producción, y de su consumo que es su corolario. Forma y contenido del espectáculo son, idénticamente, la justificación total de las condiciones y fines del sistema vigente”. En palabras de Christian Ferrer, el espectáculo constituye “una nueva modalidad de disponer de lo verosímil y de lo incorrecto mediante la imposición de una separación fetichizada del mundo de índole tecnoestética. Prescribiendo lo permitido y conveniente así como desestimando en lo posible la experimentación vital no controlada, la sociedad espectacular regula la circulación social del cuerpo y de las ideas”. Resuena aquí la idea de Benjamin sobre estetización de la política, en tanto “la misión de la sociedad tecnoespectacular no consiste en permitir o retrasar el progreso, sino en conducir a la humanidad a un estadio diferente de dominación”. Este estadio de dominación que describe Debord interesa particularmente a nuestra reflexión sobre la audición de música a través de dispositivos tecnológicos porque entendemos que la escucha desatenta solo puede darse en un contexto de desapego absoluto entre el momento de la escucha y el de la ejecución musical, lo cual ocurre en la medida en que el espectáculo es “la expresión de la separación y de la alienación entre el hombre y el hombre”’.

“La realidad surge en el espectáculo, y el espectáculo es real. Esta alienación recíproca es la esencia y el sostén de la sociedad existente”. Como “relación social entre personas, mediatizada a través de imágenes”, el espectáculo constituye la forma en que en la sociedad moderna aparece representado lo que en otros períodos históricos “se vivía directamente”. El espectáculo es la “producción principal de la sociedad actual” porque “la unidad irreal que proclama es el disfraz de la división de clases en que se basa la unidad real del modo de producción capitalista”. La separación entre producción y consumo —es decir, entre la condición de productor y consumidor en cada persona— propia del capitalismo, se da de un modo particular en la sociedad del espectáculo y configura un tipo específico de individuo, signado por la “pérdida de la facultad de encuentro y su reemplazo por la ilusión del encuentro. En una sociedad donde ya nadie puede ser reconocido por los demás, cada individuo queda incapacitado para reconocer su propia realidad”. La experiencia —lo verdadero— cede ante la apariencia —lo falso—, “el reconocimiento de mercancías y su consumo ocupan el centro de esta pseudorrespuesta a una comunicación sin respuesta”. En la sociedad del espectáculo, la única comunicación posible es “instantánea” y “unilateral”. El sujeto espectacular, sin posibilidades de encuentro ni de comunicación por fuera de lo espectacular, deviene “despreciable”, es decir, “espectador”.

A partir de esta visión propuesta por Debord respecto de la producción cultural en nuestra época –“cuando la cultura es convertida íntegramente en mercancía, ella también debe pasar a ser la mercancía-vedette de la sociedad espectacular”, sostiene—, recurriremos a George Steiner, quien en Presencias reales sostiene la hipótesis de que “cualquier explicación coherente de la capacidad del habla humana para comunicar significado y sentimiento está, en última instancia, garantizada por el supuesto de la presencia de Dios” y que, en este sentido, “la experiencia del significado estético —en particular el de la literatura, las artes y la forma musical— infiere la posibilidad necesaria de esta “presencia real”. Esta idea interesa porque nos permite pensar que, aun a través de la mediación espectacular que describe Debord, la creación artística nos permitiría restablecer un diálogo, una comunicación no-unilateral. “La apuesta en favor del significado del significado, en favor del potencial de percepción y respuesta cuando una voz humana se dirige a otra, cuando nos enfrentamos al texto, la obra de arte o la pieza musical, es decir, cuando encontramos al otro en su condición de libertad, es un apuesta en favor de la trascendencia”, dice Steiner. Si en la apuesta de todo artista se afirma la presencia de una realidad, de una sustanciación en el lenguaje y la forma, esta idea de trascendencia nos permite pensar en la posibilidad de recuperar la facultad de encuentro a través del arte.

No resulta sencillo conciliar esta noción de trascendencia en la percepción con los sujetos espectadores descritos por Debord. ¿Qué tipo de abordaje de la obra se requiere para acceder a la experiencia de esa presencia real, de ese encuentro con el otro a través del arte? ¿Qué rasgos de nuestra forma actual de consumo atentan contra esa posibilidad? Steiner —su texto data de 1989, podemos animarnos a decir que mucho de lo que allí se describe no ha hecho sino agudizarse durante las últimas décadas— sostiene que existe en nuestra sociedad un “predominio de lo secundario y lo parasitario”, la producción supernumeraria de objetos culturales producidos únicamente para su consumo, que parecen no originarse en un acto de creación sino en la remisión infinita a otros objetos. Con Debord, podríamos decir que este fenómeno es propio de un mundo “realmente invertido”, donde “lo verdadero es un momento de lo falso” y que “en la industria espectaculista moderna, el fin no es nada, el desarrollo es todo y el espectáculo no quiere llegar a ninguna parte que no sea a sí mismo”. Esta proliferación de lo secundario nos remite también a Benjamin, en la medida en que se trata de un proceso que parecería erigirse sobre cierta posibilidad, fundada por la reproductibilidad técnica, de producir objetos culturales libres de aura. En este sentido, podríamos asimilar lo parasitario que describe Steiner a reproducciones sin original, copias que no guardan ya relación alguna con un objeto artístico.

Frente a este predominio de lo secundario y lo parasitario, Steiner desarrolla las ideas de riesgo y responsabilidad: “a diferencia del reseñador, el crítico literario, el vivisector y juez académico, el ejecutante invierte su propio ser en el proceso de interpretación. Sus lecturas, sus puestas en acto de significados y valores elegidos, no son los de un examen externo. Son un compromiso con el riesgo, una respuesta que es, en su sentido radical, responsable. Llamaré responsabilidad a la respuesta interpretativa bajo la presión de la puesta en acto. La auténtica experiencia de comprensión, cuando nos habla otro ser humano o un poema, es de una responsabilidad que responde”. La responsabilidad que asumimos frente a un otro que se arriesga hacia nosotros a través de la creación artística, nos obliga a desplazarnos del lugar de espectadores. La responsabilidad —entendida como capacidad de respuesta— ante la obra, nos transforma de consumidores en potenciales productores sentido. A partir de estas nociones, el autor propone una comunidad imaginaria donde el comentario fuese prohibido. “La prohibición principal haría referencia a las reseñas, las críticas y las interpretaciones discursivas de las composiciones musicales”. Es que, si nos ceñimos al concepto de responsabilidad, “la crítica musical verdaderamente responsable ante su objeto se encuentra en el interior de la propia música”. A partir de esta parábola, el autor plantea una pregunta de suma importancia para el presente análisis: “la de la presencia o ausencia de poiesis, del acto y la experiencia del acto de creación en su sentido más cabal, en nuestras vidas individuales y en la política de nuestro ser social”.

Entendemos que esta capacidad creativa debe estar en la base de cualquier concepción teórica que apueste a la transformación social por el camino de la política. A partir de los tres autores mencionados —Benjamin para abordar la dimensión política del arte, Debord para entender la dimensión artística de la política y Steiner para acceder a aquello que es específico de creación artística y que no existe en ninguna otra esfera de la vida social— y recurriendo a algunos otros para abordar cuestiones más específicas, intentaremos recorrer el fenómeno de la audición distraída de música a través de dispositivos tecnológicos.

Cada uno de los tres capítulos que componen este trabajo intenta abordar la temática propuesta desde un eje particular. El primero propone un análisis del fenómeno de audición de música grabada desde lo individual, lo social y el lenguaje. El segundo ensaya una sintética historización de la reproductibilidad técnica de la música desde una perspectiva crítica. El tercero intenta realizar un aporte político al campo musical y un aporte musical a la esfera política. Algunas preguntas inspiran y guían este recorrido: ¿Qué producimos cuando reproducimos música? ¿Qué presencias invocamos cuando actualizamos una vieja melodía? ¿Qué es lo que se reproduce cuando ya no existe un original? ¿Cuál es el fenómeno que en la obra de arte actual compensa la pérdida del aura descrita por Benjamin? ¿Existe relación entre ejecutar música a través de un instrumento y reproducirla a partir de un dispositivo técnico? ¿Existe relación entre reproducción y creación musical?

Procuraremos, a la luz del corpus teórico propuesto y por medio de la reflexión crítica del fenómeno descrito y sus implicancias vinculadas a lo social, ensayar respuestas certeras a estos interrogantes. No nos anima el afán de clausurar ninguna cuestión, sino la posibilidad de aprender a formular preguntas más poderosas.

Idioma

spa

Extent

56 p.

Derechos

info:eu-repo/semantics/openAccess
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0)

Formato

application/pdf

Identificador

http://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1601

Tesis Item Type Metadata

Título obtenido

Licenciado en Ciencias de la Comunicación

Institución otorgante

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales

Lugar de edición

Identificador interno

4438
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Fri, 26 Feb 2021 19:29:03 -0300
<![CDATA[La amenaza de un flagelo que crece, avanza y destruye : la construcción sobre el narcotráfico en los editoriales del diario La Nación]]> https://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/2105

Dublin Core

Título

La amenaza de un flagelo que crece, avanza y destruye : la construcción sobre el narcotráfico en los editoriales del diario La Nación

Colaborador

Tufró, Manuel

Fecha

2020

Spatial Coverage

Temporal Coverage

2001-2017

Descripción

El fenómeno del tráfico de drogas en los últimos años ha sido relevante en el campo político argentino, tanto así que en cierto modo atravesó la disputa electoral de los años 2013 en adelante (CELS, 2015; Nappi, 2018) y por lo tanto se transformó en un tema central no solo de la agenda política sino de la agenda mediática. De hecho, algunos medios, como el diario La Nación que analizamos en esta tesina, venían instalando el tema desde tiempo antes.

Cabe destacar, además, que prevalece históricamente desde mediados del siglo XX, y decretada por Estados Unidos, una matriz bélica desde donde se insistirá internacionalmente en enfrentar al narcotráfico con una perspectiva de una “guerra contra las drogas”. Los alcances de las decisiones internacionales han incidido en la política sobre drogas en Argentina, con lo cual el marco legislativo local también ha hecho eco de la perspectiva prohibicionista y punitiva con la que se interpreta el fenómeno. Asimismo, los medios de comunicación optaron por jerarquizar la información sobre el narcotráfico desde la temática de la “lucha contra las drogas” y espectacularizando las acciones de los carteles de la droga principalmente colombianos y mexicanos.

Ante este panorama, se busca en esta investigación dar cuenta del tratamiento mediático a través del cual se interpreta el narcotráfico como fenómeno tematizado desde la perspectiva de la “guerra”. Para dar cuenta de ello indagamos en las particularidades de las operaciones discursivas que atraviesan específicamente a los editoriales del diario La Nación que tienen como tema principal el narcotráfico. De allí se desprenden, también, los siguientes objetivos específicos:
1. Rastrear los principales temas utilizados como marcos discursivos a partir de los cuales se tematiza en los editoriales sobre narcotráfico
2. Analizar las secuencias metafóricas que redefinen las formas de tratamiento político con las que debe enfrentarse al fenómeno
3. Identificar de qué manera se reproducen ciertos neologismos en la cobertura editorial y cómo repercuten en el tratamiento sobre narcotráfico.
4. Dar cuenta de los argumentos implícitos presentes en los enunciados con los cuales el narcotráfico es construido.
5. Identificar el lugar desde donde el enunciador se posiciona frente al fenómeno para entender las representaciones de sentido y los abordajes.
6. Describir de qué manera el discurso editorial intenta movilizar emocionalmente a la audiencia a través de la identificación de los pathemas explicitados en los argumentos.

Esta investigación adopta una metodología de carácter cualitativo para analizar la construcción del narcotráfico en los editoriales, complementado con un abordaje cuantitativo para dar cuenta de las repercusiones sobre el fenómeno a lo largo del tiempo e identificar la recurrencia de los principales ejes temáticos desde los cuales se delimitan los argumentos principales y las formulaciones.

El corpus se compone de 141 editoriales correspondientes al diario La Nación en los que identificamos como tema central la discusión sobre narcotráfico. Estos editoriales abarcan un periodo que comienza desde el año 2001 y finaliza en 2017. Luego de la recopilación documental, analizamos por separado cada uno de los editoriales para entender el tratamiento discursivo sobre narcotráfico y los efectos sus operaciones de asignación de sentido.

Por otra parte, es importante señalar que al ser un fenómeno que atraviesa fuertemente las disputas políticas, el diario se posiciona, dialoga y modifica sus estrategias de acuerdo al gobierno de turno. En ese sentido, se aclara que el periodo abarcado transcurre mayoritariamente durante los gobiernos de Nestor Kirchner y Cristina Fernández y solamente se incluyen dos años del mandato de Mauricio Macri. Entender el contexto es crucial ya que el diario en sus columnas editoriales cuestionará más la política sobre narcotráfico de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, mientras apoyará, en la mayoría de editoriales, el posicionamiento político de Mauricio Macri sobre el fenómeno.

Nos pareció interesante analizar los discursos editoriales tomando como fuente documental al diario La Nación, por su alcance nacional y por ser un medio de referencia histórico del país. Teniendo en cuenta, además, que la sección editorial exhibe la posición del diario como institución, dando cuenta de sus juicios, valores y perspectivas políticas, nos parece importante analizar el narcotráfico como fenómeno a la luz de los argumentos colectivos del propio diario.

Sidicaro (1993) hace un análisis histórico de las páginas editoriales del diario La Nación y señala que el diario desde sus editoriales da a conocer las perspectivas políticas y económicas de la elite argentina. Además, asegura que el diario tiene la intención de “mirar a todos los actores desde arriba” sin confundirse con ellos, es decir, se presenta a sí mismo como fuente de racionalidad en el análisis de la coyuntura. . Considera que el receptor construido por el diario es un referente de la sociedad que tiene influencia en las decisiones de poder. Por tal motivo hemos tomado como fuente documental al diario La Nación y sus editoriales para analizar los discursos sobre narcotráfico, dada la posición de referencia desde donde argumenta, la lógica explicativa de sus enunciados y las intenciones políticas con las que construye a sus lectores.

Para el análisis de este trabajo, partimos de considerar al discurso como una creación de sentido que construye para ello objetos de pensamiento a partir de la significación de los términos de los cuales se sirve (Arnoux, 2009). Estos objetos construidos por el propio discurso, pero anclados a contextos culturales, estarán atravesados por ciertos mecanismos de abordaje en donde se desestimarán algunos aspectos, mientras otros serán resaltados. Desde esta perspectiva nos interesa entender los modos con los cuales el discurso editorial construye al fenómeno del narcotráfico como objeto.

Retomamos para este trabajo otros aportes hechos por Arnoux (2009) en relación al procedimiento para la aproximación analítica de la construcción del objeto en el discurso: “(…) abordamos unidades textuales más extensas y nos detenemos en las secuencias en las que aparecen el lexema, sus sustitutos, los atributos que claramente remiten a aquel, los predicados con los que se lo asocia, las partes que se le reconocen, los otros objetos a los que se opone o con los que se enlaza, las voces que lo cobijan, los recorridos que lo privilegian.” (p. 70). En este sentido, intentamos pensar al narcotráfico como objeto discursivo construido a partir de los enfoques temáticos que delimitan su abordaje, los paradigmas a través de los cuales se materializan los sentidos sobre el fenómeno y los efectos de sentido que de ello emerge.

No obstante, cabe aclarar que los conceptos teóricos específicos de cada unidad analítica con los cuales se da cuenta de la construcción del narcotráfico como objeto discursivo, serán definidos y discutidos a medida que vayan apareciendo durante el recorrido de la tesina.

Idioma

spa

Extent

102 p.

Derechos

info:eu-repo/semantics/acceptedVersion
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0)

Formato

application/pdf

Cobertura

ARG
2001-2017

Tesis Item Type Metadata

Título obtenido

Licenciado en Ciencias de la Comunicación

Institución otorgante

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales

Lugar de edición

Identificador interno

4900
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Mon, 18 Oct 2021 15:02:09 -0300