La inscripción corporal de la técnica : sujeto, cuerpo y prótesis

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comienzos del siglo XXI tuvo lugar un suceso que cambió la forma científica y social de entender lo humano y su herencia: la finalización del Proyecto Genoma Humano.

Cuando en el año 2003 el Departamento de Energía y los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos anunciaron la conclusión del mismo, la teoría genética ganó protagonismo en todo el pensamiento occidental. Dotado de millonarios fondos públicos y privados, y conformado por científicos de Alemania, China, Francia, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos, el Proyecto Genoma Humano tuvo como objetivo fundamental precisar la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN para determinar la función de los genes y conocer cómo influyen las mutaciones genéticas en la síntesis de las proteínas.

De ahora en más, y tal como reza el sitio web oficial del National Human Genome Research Institute de EE.UU., se podrían combatir enfermedades genéticas, prevenir malformaciones, predecir disposiciones y allanar el camino para la creación de nuevas secuencias, con el solo cambio de lugar de algunos genes“desviados”. En este contexto, la genética se convirtió en uno de los principales discursos científicos que aportaron en el reconocimiento de la auto-manipulación corporal para potenciar capacidades motoras y neurológicas, apaciguar o eliminar enfermedades y alterar el curso del ciclo vital de las personas y de sus procesos biológicos.

La posibilidad de intervenir en la herencia genética humana abrió un espectro inconmensurable para la potencia creadora/instituyente del hombre. El Proyecto Genoma Humano como descubrimiento pero también como discurso, aportó en las prácticas (no necesariamente científicas) relacionadas a la modificación del cuerpo a partir del uso de nuevas tecnologías.

Este cuerpo milenario, hoy está condicionado y es leído por y a través de sus genes. Y estos, como un fragmento de información que recupera la historia de la humanidad, se insertan en un cuerpo que es su pasaje. Un cuerpo, a su vez, condicionado por el entorno técnico que se ha convertido en su medioambiente y en el de las sociedades occidentales contemporáneas.

Modificar el cuerpo, entonces, supone mucho más que una enmienda para una “falla” inherente a la imperfección del hombre. Alterar este pasaje de información genera nuevas formas de crear sentido, de comunicar y de ser-en-el-mundo, al mismo tiempo que rebate dicotomías cartesianas y tradiciones humanísticas del siglo pasado.

En este aspecto, la crisis del Hombre como relato moderno, vigente desde el renacimiento italiano, tiende un puente hacia otro relato, cuya principal configuración ideológica subjetivante la condensa el Posthumanismo. En este pasaje, la creencia en el libre albedrío es reemplazada por la determinación genética; el romanticismo, por el cálculo y la especulación. Los hombres y animales dejan de diferenciarse ontológicamente por el lenguaje y la razón para pasar a ser máquinas genéticas homologables. A su vez, “la educación que libera” claudica en su intento por mejorar al hombre como especie. En su lugar, la cría genética se impone dado que “el destino de los seres humanos como perfiles de información (...) ahora está cifrado en sus genes o en sus circuitos generales”, para finalmente aseverar que el hombre y el artificio se imbrican en un nuevo sujeto “postorgánico”.

Así, los anatomistas renacentistas de los siglos XVI y XVII le ceden el paso a los genetistas del corriente siglo que ya no pueden pensar al hombre y a la naturaleza en un sentido instrumental, donde el primero hace uso de la segunda. Por el contrario, la división entre ambas esferas se resquebraja en el mismo momento en que la miniaturización nanotecnológica favorece “la intrusión fisiológica e incluso la inseminación de lo viviente por las biotecnologías”.

Para comprender este cambio de paradigma, Peter Sloterdijk en El hombre operable. Notas sobre el estado ético de la tecnología génica dá la primera pista: “si 'hay' hombre es porque una tecnología lo ha hecho evolucionar a partir de lo prehumano. Ella es la verdadera productora de seres humanos, o el plano sobre el cual puede haberlos.

De modo que los seres humanos no se encuentran con nada nuevo cuando se exponen a sí mismos a la subsiguiente creación y manipulación, y no hacen nada perverso si se cambian a sí mismos autotecnológicamente”.

De manera similar, Roberto Espósito asegura en Las personas y las cosas que “contra toda perspectiva nostálgicamente reactiva, esta antropotecnología -nuestra capacidad de modificarnos a nosotros mismos- debe ser vista no solo como un posible riesgo, sino como un recurso crucial para el animal inherentemente tecnológico que siempre hemos sido desde nuestro origen”.

En este punto y con el reciente éxito del Proyecto Genoma Humano, el posthumanismo define al ser humano como una unidad entre el hombre y la tecnología soportada por el principio de recombinación propio de la informática y la biotecnología.

De tal forma, figuras paradójicas como la del cyborg -un organismo mitad hombre, mitad máquina-, que anteriormente solo habían pertenecido al plano de la ciencia ficción, la imaginación y las fábulas, hoy se actualizan en sujetos vanguardistas como los biohackers.

Estrechamente, las variaciones de los procesos orgánicos a través de diversas tecnologías, los agregados protésicos y la inserción de los mismos de forma hipodérmica inauguran un debate en relación a lo que debe ser admitido y lo que debe ser rechazado en los parámetros sociales de normalidad y salubridad.

Para abordar estas controversias se entenderá al cuerpo como el lugar de unificación de la experiencia humana individual y colectiva en un sentido fenoménico. A partir de aquí, se estudiará la relación actual entre sujetos y objetos de un tipo particular de manipulación corporal que los reúne: la implantación subcutánea de chips inteligentes.

Se medirán las implicancias de este fenómeno en dos niveles. El primero en cuanto a los cambios que se producen en el sujeto como cuerpo individual - en sus percepciones, capacidades motrices y facultades neurológicas - y el segundo, respecto a las alteraciones del cuerpo en tanto especie o cuerpo social - de los ritmos biológicos con foco en procesos de reproducción, de vida y de muerte - para lograr una aproximación analítica de la representación dominante del sujeto histórico vigente en el posthumanismo.

Siguiendo a Sloterdijk (2001) y Espósito (2016), si una de las características que definen al ser humano es tener la habilidad de manipularse a sí mismo y a su entorno, surgen algunos interrogantes que guían este recorrido y permiten complejizar el análisis:
● ¿Qué matriz técnica y cultural posibilita la auto-manipulación corporal de los sujetos?,
● ¿qué sucede cuando algo que antes funcionaba por fuera del cuerpo ahora está incorporado a él? En este contexto, ¿cómo entra en juego la clásica división
entre las cosas y las personas?,
● ¿de qué manera la inserción de estas nuevas tecnologías facilita el ejercicio del poder y el control sobre los cuerpos?,
● ¿qué relación hay entre los procesos de vida y muerte del hombre y la voluntad de implantar tecnologías en el cuerpo?,
● ¿qué concepción de vida y muerte circulan?,
● ¿cuál es el límite de la manipulación del cuerpo?

Para problematizar el objeto de estudio, se realizará un análisis de contenido de artículos periodísticos publicados entre 2015 y 2017 en sus versiones online, que indagan sobre prácticas y casos específicos vinculados con la incorporación de tecnología en el cuerpo. Los mismos han sido buscados deliberadamente en los principales medios de América latina, Estados Unidos y Europa occidental dado que, Latinoamérica como región que comprende el país en donde se elabora este trabajo -Argentina-, sirve como referencia cercana y similar a nivel social y cultural, pero la mayoría de los casos relevados por los medios periodísticos latinoamericanos citan novedades acontecidas en Estados Unidos, Canadá, Japón, China, Corea del Sur y Europa Occidental - casualmente, muchos de los 6 Estados que intervinieron en el Proyecto Genoma Humano -. Por eso, se retomarán las noticias publicadas en esas regiones que, al reunir un alto nivel de industrialización y una impronta tecnológica de avanzada, esgrimen ejemplos útiles a los fines de este ensayo.

Por motivos organizativos, el trabajo está dividido en cinco capítulos. El primero corresponde al Proyecto Genoma Humano recién puntualizado, que introduce la
problemática, hipótesis e interrogantes que van a recorrer todo el escrito. El segundo capítulo retrocede un paso para repensar las bases que sustentan al Humanismo y sostienen hoy al Posthumanismo.

Explicadas estas nociones, se avanzará hacia el corazón del trabajo que lo componen los siguientes dos capítulos: el tercero que rastrea los usos que se le dieron a las prótesis en los siglos XX y XXI, mientras que simultáneamente indaga sobre diferentes teorías y discursos científicos que con-figuraron la posibilidad de imaginar la manipulación de la naturaleza humana, para llegar a relacionarlos con la inserción de chips inteligentes por debajo la piel. El cuarto apartado se sumerge en numerosos casos de auto-manipulación tecnológica que serán clasificados en dos categorías utilizadas por Foucault (1976) en La historia de la sexualidad. Una, vinculada a los cambios que se producen en el cuerpo individual y otra, a los que se manifiestan en el cuerpo social. Aquí se reflexionará acerca de los papeles que cumplen agentes como los biohackers, los gobiernos, las empresas y la academia -sin desconocer sus profundas conexiones- en la articulación de un todo social más o menos estable que contribuye con un modo de vida posthumanista. Hacia el final, se volverá sobre las preguntas iniciales para trazar un recorrido que nos devuelva, no respuestas concluyentes que agoten el objeto de estudio, sino aproximaciones y nuevos interrogantes que lo profundicen.

A continuación, se definirán siete nociones que funcionan como categorías de análisis a lo largo de todo el ensayo por lo que resulta imprescindible definirlas, al menos brevemente, en sus debates históricos y filosóficos. Estas son: las personas y las cosas; la vida y la muerte; la técnica, el cuerpo, y la subjetividad. De forma diferencial, las primeras cuatro nociones serán analizadas como dos pares de binomios para rescatar la riqueza que de sus conjunciones conceptuales surgen. En tanto, las otras tres tendrán un subapartado propio.

Fil: Braverman, Daniela. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales. Buenos Aires, Argentina

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Colaborador

Sarchman, Ingrid

Editor

Materias

Idioma

spa

Extent

81 p.

Derechos

info:eu-repo/semantics/openAccess
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es
Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.0 Genérica (CC BY-NC-ND 2.0)

Formato

application/pdf

Identificador

http://repositorio.sociales.uba.ar/items/show/1645

Table Of Contents

Título obtenido

Licenciada en Ciencias de la Comunicación

Institución otorgante

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales

Identificador interno

4384

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